El pasado 4 de septiembre celebramos el primer encuentro del Club de Lectura Forjando el mañana.
Fue una experiencia que marcó el inicio de un espacio de diálogo y crecimiento compartido. Durante aproximadamente una hora, creamos entre todos un ambiente cercano y enriquecedor, donde las ideas fluyeron con naturalidad y cada voz aportó un matiz valioso a la conversación.
La sesión comenzó con la lectura de un fragmento del capítulo 1, Reflexiones sobre la felicidad. A partir de esas líneas, surgió un interesante intercambio sobre qué significa realmente vivir en coherencia con nuestros valores y cómo esa alineación puede traer paz y plenitud a nuestra vida. También emergieron cuestiones muy actuales: la influencia de las creencias limitantes, los tabús que nos frenan sin apenas darnos cuenta y la importancia de sentir que nuestra vida tiene un impacto positivo en algo más grande que nosotros mismos.
Más adelante, nos adentramos en la filosofía estoica con un ejercicio que Marco Aurelio practicaba cada mañana: anticipar la posibilidad de encontrarse con personas difíciles, injustas o egoístas, y recordar que, aunque no podemos controlar las acciones de los demás, siempre podemos decidir nuestra respuesta. Este pasaje generó un debate muy práctico sobre cómo aplicar esa serenidad en la vida cotidiana, especialmente en tiempos donde el estrés y la tensión están tan presentes.
La tercera reflexión giró en torno al poder de los pensamientos. Descubrimos juntos cómo el diálogo interior puede ser nuestro mayor aliado o nuestro peor enemigo. Lo que pensamos se convierte en palabras, las palabras en acciones, las acciones en hábitos y, finalmente, los hábitos en destino. Fue inspirador escuchar cómo cada participante reconocía ejemplos de su propia vida en los que un cambio de mentalidad transformó por completo su forma de afrontar los retos.
Al concluir, la sensación compartida fue de gratitud y entusiasmo. Este primer encuentro no solo nos permitió profundizar en algunos temas del libro, sino también crear comunidad: un espacio donde se cruzan ideas, experiencias y aprendizajes que enriquecen a todos. La despedida fue con una sonrisa colectiva y con la intención clara de dar continuidad a este camino con nuevas sesiones en el futuro.
Quiero dar las gracias a cada una de las personas que asistieron por su participación activa, por abrirse a la conversación y por contribuir a que este club nazca con tanta energía positiva. Estoy convencido de que este es solo el comienzo de algo que irá creciendo con cada encuentro.
